domingo, 8 de noviembre de 2015

6. Leonardo Padura: Reflexiones sobre la libertad y la herejía

El 22 de octubre de 2015 se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de Oviedo un evento para conocer a Leonardo Padura, premio Princesa de Asturias de las Letras 2015, y su obra. Este acontecimiento se desarrolló en el Aula Magna de la biblioteca.

El evento consistió en unas preguntas realizadas por personas del entorno de la universidad, que debían ser respondidas por el autor. Debido a la fácil capacidad oratoria de Padura, lo que en principio parecía una entrevista, se convirtió en una agradable charla autobiográfica acompañada de los característicos rasgos de humor de Leonardo Padura.

Padura habló de sus comienzos como escritor de novelas, y de los motivos que le llevaron a dedicarse a este género. 
Su interés por la novela negra comenzó en Cuba, su país de origen, aunque su verdadero apego por el género policíaco surgió en 1988, cuando asistió a la primera Semana Negra de Gijón. Padura cuenta que en su país solo podía leer novelas antiguas como por ejemplo Sherlock Holmes, pero cuando llegó a España se hizo con una novela de Vázquez Montalbán, que aunque en principio no le gustó, pues no terminaba de comprenderla, cuando posteriormente le conoció en la Semana Negra, y habló con él, su opinión acerca de la novela cambió. Tras conocer otro tipo de novela negra comenzó su interés por hacerse escritor de este género.

Otro de los temas que trató durante la charla fue su respeto e interés por la Historia, motivo por el que en sus novelas trata los hechos históricos con especial cuidado, ateniéndose en todo momento a la realidad. Para ejemplificarlo hizo referencia a una de sus obras, Herejes,  en la que relata varios hechos históricos, y a pesar de que el marco histórico no es el que corresponde, los hechos están relatados tal y como sucedieron.

El único acontecimiento que, en mi opinión, estuvo fuera de lugar, fue el momento en que una alumna de la universidad hizo una reivindicación del asturiano como lengua oficial, y preguntó al autor su opinión acerca de este tema. Otra de las preguntas que le hizo fue, si consideraba que la traducción debería considerarse una lengua. Padura, a pesar de que en un primer momento pareció quedarse sin palabras, dio su opinión sobre la importancia de las traducciones, e incluso relató un acontecimiento que le sucedió en la traducción de una de sus obras.

Creo que este evento fue un buen acto de promoción del autor y su obra, aunque la mayor parte del mérito es del autor y su capacidad de atraer la atención del público con su charla.



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